Los vi llegar por aquellos espacios abiertos de mi infancia eran grandes plataformas tan brillantes como la plata, había varias, yo sabía que no me iba no a hacer daño y los saludé moviendo mis manos con alegría aquellos campos y cielos eran mágicos en aquel tiempo, me hubiese gustado que me hubiesen dado un paseíto en aquellos artilugios tan bonitos, deseé que bajaran pero no lo hacían, entonces me enfadé y les dije, adiós, ahí os quedáis…No sé por qué, aquello les hizo gracia y mientras me iba alejando miraba hacia atrás de reojo para ver si todavía seguían por allí…! Mi corazón sintió una gran pena al alejarme de ellos y me arrepentí y me volví hacia aquello extraordinario y les tiré un beso y les sonreí…! Gracias, OS QUIERO…!
Vi como en un instante aquellos soles de plata desaparecieron en la inmensidad del firmamento y siempre supe que estaría protegida, quizás ellos supieran de tan duras condenas que pasaría por la vida entre unos y otros, todo iba a la mochila de mi espalda de todo lo que quisieran acusarme, inventarme y joderme la vida…! Estaba tan acostumbrada a todas esas locuras hacía mí y tantos dolores, que solo donde me encontraba bien era en casa.
Siempre han puesto a personas como testigos de su amistad conmigo, increíble pero cierto…! La última fue muy peculiar, ellos estaban muy preocupados y tristes por mí, en ese tiempo en el que me robaron todo, solo hacía llorar, más por la traición, eso fue horrible y me partió el alma. Un día llamé la atención de un hombre, después de haber visto dos lunas de plata que se perdieron en el cielo, luego apareció una enorme y bella, le dije a aquel hombre…— ! Mira, ves esa luz? atento, — y entonces extendí mi brazo hacia ella y le dije…— ! desaparece…! — aquella luz de plata desapareció al instante y aquel hombre casi gritaba ! Yo no he visto nada…! esto es increíble…! Ay, Dios mío…!— Le sonreí y le respondí —Di lo que has visto cuando llegue el momento, ellos te lo recompensarán…—-
Ha habido algunos más, sobre todo cuando sufría tanto por una serie de cosas horribles que me hicieron entre unos y otros, pero no me importa, sigo adelante y el cielo , como siempre, no me abandona, y yo desde aquí, les doy las gracias.