Algún que otro recuerdo de mi niñez…
Recuerdo cuando era muy pequeña y cualquier dolor…!!!Ya estábamos en el dentista, él se llamaba don Ernesto, me imagino que habrá muerto…!!Nunca olvidare su casa en jerez, bueno, Su piso y su cara simpática, yo le tenía pánico, pero él era muy agradable y me tranquilizaba mucho con sus bromas para hacerme reír, mientras mis padres me daban la mano….!!! Era una niña muy nerviosa, terriblemente nerviosa, pero en esos momentos, me sabia aguantar y todos quedaban muy confundidos conmigo, al igual que cuando vino aquí un medico de jerez y nos operaron de la garganta a lo bestia, Don Juan Vargas se sintió muy impresionado conmigo. Tenían tanto miedo todos de mi reacción….!!!!Las González-soto también se operaron, lo que no se cuales, pero cayeron tres o cuatro…..
Recuerdo que me pusieron una gran sabana como si fuese un babero y me abrieron la boca y me anestesiaron las «bolas» (las amígdalas) y me las quitaron…!!!!El pellizco en los huevos que le pegue al que me tenía cogida. !!!No lo olvidara mientras viva!!!
Los helados, los recortables, los libros maravillosos y tebeos de hadas, además de no ir por una temporada al cole. Fueron un gran bálsamo y luego en aquel olivar tan maravilloso donde siempre fui tan feliz, en él me recuperaría totalmente con mis amigos los «pellizcos».
Campanera se escuchaba por todas las radios de España y en casa de Mariquita Nieto intentaba ensartar una aguja en un hilo muy negro para aprender a hacer un dobladillo, pero yo no aprendía a coser, lo que yo quería era jugar y divertirme cosiendo con hilo doble los delantares de las mayores, para cuando se levantaran estuviesen unidas…ajajajjaja
Le decía a Mariquita que quería ir a hacer «pipiu» y lo único que quería era irme a montarme en la tapia , después de mucho ·repechar» por la puerta rojiza y por los clavos de la pared, llegaba triunfante a la meta y le gritaba a Eduardo en mancebo de la farmacia…! — Eduuu…eduuuu dame una peritas…!— Eduardo se descomponía y blanco como la cal y sus pedazos de ojos azules se congestionaban..—– ! que te vas a matar chiquilla…!— lo miraba y le decía –No te preocupes, eso es cosa mía, si me mato que me entierren para que no apeste, tú dame esas peras antes de que venga Mariquita, a ella y a su dedal si que le temo…–
Tú no le temes a nada ni a nadie !Bho, que mala eres «joía» Candidina !—
Eduardo, que yo quería mucho porque era muy bueno, me daba las peritas y yo mas metía en el delantal que tenía de cuadritos verdes y el bolsillo pegado delante y unos preciosos muñecos de colores pegados sobre él, aquel bolsillo del delantal en vez de tener hilos y labores de costura, estaba lleno de las cosas más increíbles, la «monicha» con su cuerda que bien que la arreaba en el suelo y bailaba mucho y la tomaba en la palma de mi mano y seguía bailando, también cuando no estaba Eduardo me subía al limón y me llenaba aquel bolsillo de limones, que como las peritas, las repartía entre mis compañeras de costura.
Ya os contaré más cosas y desde mis ojos de niña de pocos años, ver el comienzo del amor entre Cayetana y mi profesor Don Domingo, recuerdo con mucho agrado a la la señorita Carmen, también profesora, ella tan moderna y coqueta entre unos y otros, los traía a todos loquiitoooooos…! Eso me encantaba y soñaba ser como ella alguna vez…! También se subía con mi querido e inolvidable maestro Don Juan y Don Jesús, los dos eran hermanos y también súper queridos por mí, en una vespa preciosa paseaban por Bornos…!
Mis maestros sabían como era yo y me querían mucho, jamás se dejaron llevar de aquellas que jamás serían como la señorita Carmen u otras lenguas que hablaban por hablar y hacer mucho daño al prójimo…! La señorita Carmen también fue muy criticada ! luego se casaría con un alto cargo de una embajada, creo que era embajador en Londres…
