Por aquel camino que conducía al cielo se encontró la vejez un niño y le regaló un caramelo, no dijeron nada y se sentaron sobre el sendero. Aquel niño parecía estar aturdido y la sabia vejez parecía saberlo. Callados, los dos vieron las flores florecidas, mariposas de colores y árboles centenarios, salpicados sus suelos de violetas iluminadas por una tenue luz que se colaba desde el cielo por entre las ramas de aquellos árboles centenarios
Los trinos de las aves hacían de aquel lugar un camino de ensueño y el niño con curiosidad, fijo sus ojos en aquel cuerpo viejo de profundo y sabios ojos de mirada y dulce sonrisa…
¿Quién eres señor…?
–Podría ser tú que ahora eres vejez…—
-Por qué está usted encorvado y su cuerpo triste, a la vez qué, se le nota feliz por su mirada templada y dulce…?—
–Podría ser tú, pero soy vejez, a mi cuerpo lo ves triste por el dolor que acarrean los años, es cierto que feliz es el alma que contemplas por medio de mi mirada…!Querido bien, adorado niño, te encuentro perdido ¿Qué te pasa? –
El niño no dijo nada y borbotones de lágrimas salieron de sus inocentes ojos y la vejez consoló al pequeño…! No llores mi bien que entristeces mi esencia porque eres parte de mi alma ¡ mira que cielo nos espera a los dos ¡ En un rincón siempre te tuve sobre este cuerpo mal trechos a causa de mis dolores, eras tú, niño mío, el que alimentaba mi ilusión día a día y la vejez olvidaba….! Vamos niño querido sostenme siempre en un trocito de tu alma y sigamos aquella estela rosada donde nos esperan los más hermosos sueños y en donde volverá la juventud olvidada…
Escrito por Charin Ruiz Ortiz

Pompeo Batoni



Pinacoteca Capitolina . Rome
Via Laeti Tia. (Gentileza de Martine Mathias)
Yo, guerrera de luz…!
La suerte jamás estuvo de mi lado, me rindo ante ella y ante la vida , ya tengo muchos años y estoy muy cansada de esta lucha constante con esa energía llamada suerte, que por mucho que yo luche, ella estará destruyendo todo lo que yo haga, o bien por ella misma o bien usando a otras personas o situaciones contra mí, Así que prefiero a estas alturas de mi vida, aceptar dicha situación y dejar de luchar para vivir en paz . Dejo mis sueños a un lado y quedaran como eso, sueños inalcanzable, para que sean otros, así lo quiere la suerte y muchas personas más, que podrían ayudarme y no lo hacen, que sean esos otros los que se beneficien de mi trabajo, como ha sido hasta ahora, a eso se le llama tener la suerte de cara !. Escucho la risa a carcajadas limpias de la suerte…¡Felicidades!, solo has podido conmigo por los años, recuerda que tú no cumples años ni te pesa nada, pero yo soy humana y los años me pesan y mucho, siéntete orgullosa de haber luchado con una gran guerrera hasta más allá de la muerte, y eso te da mucho caché, todo aquel que a mí me sobra….(Escrito por Charin Ruiz Ortiz)


