
“Para Dios, un Día es como mil años y mil años son como un día” (2Pe 3,8)
Esto me indica que para Dios nuestra estancia en esta tierra es de segundos, o sea, muy breve. Por lo tanto ¡vive cada minuto con intensidad ¡ Deja de preocuparte por las cosas que no están en ti poder cambiar. Deja el sentimiento del dolor, coraje, rencor o complejos. Deja a un lado temores y dudas. Abraza tu pasado, dale un beso y dile adiós.
AHORA RESPIRA LA FRAGANCIA DE UN NUEVO DÍA, ABRAZA LA FE Y NUNCA LA DEJES ESCAPAR YA QUE ELLA TE LEVANTARA AL EXTASIS DEL AMOR: DIOS


