
Alexander Nevsky, Sofia, Bulgaria
BUSCANDO LA SUERTE
Me vi bajo un cielo dorado cerca de una fuente de cristalinas y dulces aguas
donde aquel dorado celestial se reflejaba convirtiendo aquellas aguas del
estanque en algo sobrenatural en el tiempo y espacio, muy cerca había un
hermoso castaño de esplendidas castañas, todo era dorado ! Bebí de aquellas
aguas y unas lágrimas escaparon de mis ojos, Que cansada estaba, fui a todas
partes y caminos, ciudades y montañas buscando la suerte, Ya solo me quedaba ir
a ver a Dios, quizás, Él que todo lo sabía y tanto ayudaba a sus hijos los
humanos, se le hubiese pasado por alto mi llanto , me pregunté a mi misma
¿Pero, como lo voy a encontrar ? ¿ Quién me ayudará a encontrarlo? ! me
quitaron por medio de la mentira todo lo que pudieron, incluso mi nombre ! eran
demonios oscuros que sabían cómo vigilar, escuchar y ver cada paso que daba,
donde iba, donde estaba, lo que hacía !
tenían que destruir mi nombre, y ellos por medio de la calumnia hacia mi
persona, salvarse ! era inaudito que todos los adjetivos que usaron descalificándome,
yo les pudiese ganar, como así sucedió,
y encima era mujer y estaba completamente sola, porque de eso se encargaban
ellos, no les importaba meter a los «tontos de turno» en sus propias
mierdas y «los tontos» cayeron en la trampa para salvar lo que nunca
debieron de salvar. ! No me dejaban defenderme, estaba sola, paso que daba,
paso que me cortaban…
Ante tal impotencia ante tantas injusticias y mentiras mis lágrimas se
fundían con las aguas del lago dorado, y para colmo, no tenía medios económicos
para un buen abogado, hasta tal punto llegó su maldad, que procuraron dejarme
sin nada en la vida, precisamente para que nunca me pudiese defender ante tales
agravios de aquellos que todo lo querían de mí hasta los dones de mi alma para
negociar con ellos, tal era su ambición y su odio hacia mi persona, pero algún
día , no muy lejano, se sabría todo y se me hará justicia. En esos
pensamientos estaba cuando reparé en un joven que llamaba mi atención siseando,
lo miré y limpié mis lágrimas con el dorso de mi mano y lo miré con
desconfianza, el joven se acercó a mí y al mirarlo vi su tranquilizadora y
blanca sonrisa. Vestía una especie de casaca blanca y también una especie de
sombrero blanco ajustado en su cabeza, sus movimientos eran suaves , llegaba a
mi alma por medio de aquella delicada suavidad que yo le agradecí tanto a aquel
desconocido — Hola, tu llanto despertó mi inquietud y una gran pena invadió
mi alma, supe que necesitabas mi ayuda y aquí estoy…— lo miré con atención
y seguridad al decirle — No creo que nadie me pueda ayudar, hace ya muchos
años que nadie me ayuda, la suerte parece que me olvidó…– el hombre sonrió y
preguntó — ¿ Qué deseas ? quizás te pueda ayudar…— sonreí con
incredulidad al decirle — ¿ Podrías llevarme ante Dios ? es necesario que
hable con Él, soy un espíritu viejo y creo que las almas viejas tenemos
«ciertos» derechos, nunca lo molesté en visiteos, pero ha llegado el
momento de visitarlo, aunque hablar, hablo con Él, casi a diario, pero jamás lo
molesté con ese derecho que tenemos las almas viejas y nobles…— aquel joven
afirmó con su cabeza y sonrió calladamente mientras me condujo bajo aquel enorme
castaño – Espera, ponte esta casaca y este sombrero, creo que podré hacer algo
por ti — Aquel joven oró arrodillado y luego cantó una preciosa melodía
mirando al firmamento, asombrada vi como una enorme esfera de oro bajaba de los
cielos y lo cubría todo, el espectáculo eras alucinante y una voz interna me llamó,
con total confianza me acerqué a aquella magnifica luz que me producía una
paz extraordinaria y escuché la voz dentro de mí una vez más…—- Hace tiempo
que quería hablarme Charin, sé lo que quieres, porque te escucho siempre y te
ayudo más, pero como eres tan imprevisible, quizás me sorprenda con alguna otra
petición, las almas antiguas y sabías, como la tuya, y a las que yo amo tanto,
siempre sorprende, sobre todo la tuya….— Miraba todo intentando que se me
quedase tanta belleza en la retina de mis ojos y vi al joven bajo el castaño,
estaba absorto en aquellos momentos de tanta dicha, fue entonces cuando escuché
mi voz hablar con aquella magnifica luz — Gracias, antes que nada, por esta
vida tan dura y tan rica a la vez, de tantos aprendizaje y lecciones como he
tenido que aprender, una veces saqué sobresaliente, incluso matrículas de honor
y otras veces me catearon, pero fueron pocas las calabazas que me dieron, bien
lo sabes Dios, en fin, no conté jamás con la suerte y como Tú eres Dios, me
gustaría que hablases con ella, si te es posible, que seguro que te será bien
posible, yo no sé ni donde vive…realmente no la conozco, pero necesito de Ti
para que me eches un cable con ella, pensé cuando llegué a esta vida que iba a
poder, pero los años me pesan, las fuerzas son cada vez menos y no quiero que
me falte la ilusión…! Todavía tengo que hacer cosas, quiero hacer más cosas,
crear nuevos libros y recuperar mi nombre, que esos «londros» sin
escrúpulos lo han tirado a la basura después de machacarme viva, realmente eran
ellos y sus nombres lo que estaban llenos de suciedad y amarguras por el pecado
cometido conmigo, un pecado muy grave. así que compruebo y veo qué sola no
puedo seguir, son muchos «londros», algunos se escudan en Tu nombre
para que nadie sepa como realmente son esos demonios, menos mal que tú bien los
conoces, pero a ellos les da igual, eso es lo que te quieren, o sea…!Nada!
solo se quieren a ellos mismos y aparentar ante el público ! salvan a los
delincuentes y hunden sin temor alguno al inocente , en fin, son muchas cosas,
tantas por las que he pasado en estos años de mi vida que me doy cuenta que
sola no puedo seguir, por lo cual deseo que hables con la suerte, veamos de qué
modo me puede sonreír aunque sea un poquito, caracoles…! — sentí que la luz
sonreía y que con infinita dulzura me decía — Queda tranquila, hablaré con la
hermana suerte, ya te dije «cabezota» que iba a ser todo muy dura y
difícil la vida que has elegido y sin ayuda…!, ya ves, querida Charin, que la
suerte es necesaria, mira, niña, ella, aunque no lo creas, ha estado junto a ti,
al igual que los ángeles y tantas otras personas como te quieren y tanto querida
mía, como Yo te amo a ti, bien has hecho, eres una gran vencedora y esos “londros”
como tú los llamas lo saben ! descansa
ahora de esa lucha tan terrible que tanto te ha hecho padecer, olvídate de
ella, finito hija mía, finito ¡ que el
cielo se encargará de todos aquellos que contaminaron sus almas con graves
pecados contra una buena persona, como la que tú eres hija mía, así que no te
preocupes, deja de ahora en adelante todo en manos del universo, en las manos de
mi fuerza cósmica desde donde yo repartiré justicia y desde donde Yo limpiaré
tu nombre por y para siempre. La suerte estará junto a ti y mi amor no te ha de
faltar jamás — Aquella inmensa luz desapareció en el espacio y el joven vino
hacía mí y después de besar mi frente beso mis manos y me dijo — Tranquila,
estate tranquila, que ahora el cielo comenzará a hacer justicia.



Artist: Edwin Howland Blashfield