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LOS PECADOS DESTRUCTORES DEL HOMBRE…

Aquella tarde pudo comprobar como un rayo de luz entró en su mente y cómo le pidieron que les ayudase a crear un mundo mejor, un mundo lleno de valores, los cuales se habían olvidado en la tierra. El ser humano estaba totalmente corrompido e iba hacía su propia destrucción.

Pero allá en los cielos,  aún creían en ellos y se preocupaban de todos aquellos hombres que jamás aprendieron a “andar” ,  ya que siempre y a través de millones de años tropezaron con la misma piedra, y esa piedra era nada más y nada menos, que ellos mismos, ellos eran sus propios enemigos, siendo esa, su propia locura.

Olvidaron pronto muchas lecciones que el cielo les mando, pero ellos no querían saber nada y aprender menos…¿Por qué esa forma de ser?  ¿se volvería su propia locura contra ellos mismos en forma de castigo? ¡su propio castigo!??

Los hermanos del universo no querían tal cosa para los hermanos de la tierra, porque en la bella tierra,  también había  personas buenas y amantes de la paz..

Para estos hermanos mayores era un quebradero de cabeza muy grande, ya que no sabían cómo actuar en muchas ocasiones. No pararon jamás de mandar señales a los hombres, pero estos lo desmentían todo , incluso la perfección y el poder de aquellos mensajes sobre cielos y grandes explanadas de tierra ¡Por todas partes estaban!  

No se cansaban de brindar oportunidades para enseñarles el camino del amor y de la paz, pero mientras en el hombre reinasen los siniestros, poco se podría conseguir…

No obstante,  esos ángeles  desde sus estrellas de luz, mandarían dicha luz a los corazones de los hombres. Confiarían una vez más en los hombres de la tierra, la paciencia y el amor eran intensos por estos seres de la tierra, pero esta vez, si ellos mismos se autocastigasen por sus mortíferos inventos y vanidades,  el cielo sería justo y quitarían de en medio a aquellos que no comprendieron jamás que la tierra es de todos los seres que habitan en ella, que la tierra está para que la disfrutemos y la amemos junto con los demás seres del planeta, llamados en muchas ocasiones  despectivamente animales, olvidando que también nosotros lo somos.

Ellos nos enseñaran a amar a esos “animales” y a nosotros mismos, porque nos daremos cuenta que estos compañeros del camino de la vida, también sienten, padecen, aman tal como nosotros son nobles, fieles y leales, cosa que muchos de nosotros no lo somos, a ellos solo les falta hablar, y si nos damos cuenta y ponemos atención, nos hablan con sus ojos a veces tristes otras alegres y muchas tantas serenos cuando están a nuestro lado.

Los hermanos de las estrellas, sólo desean que seamos felices en amor verdad y justicia sobre esta tierra que Dios quiso que fuese nuestro hogar y nuestro paraíso.

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