
! El sol aún estaba dorado en aquella tarde primaveral en donde las golondrinas volaban contentas preparando sus nidos y las cigüeñas repiqueteaban con sus largos picos naranjas la hora de la siesta….
Los campos se llenaban de flores perfumadas, que como mujer bella a los hombres trastornaban….! Risas de niños se escuchaban jugando con una enorme pelota de sol que volaba por los aíres cálidos de los circos primaverales….
Las letanías de las novenas y rosarios se escuchaban por ermitas e iglesias, plegarías que iban a Dios desde las magníficas sierras…
El romero en flor piropeaba a las campanillas y a sus amigas las margaritas y las violetas…! Las campanas de las monjas tocaban el ángelus a las doce del medio día y todos rezaban ¡ el ángel de señor anuncio a María….! Dios te salve María…
Los lirios jugaban con las clavellinas y las dulces raíces sabían a tierra…! Tanto me gustaba…! Mi cabeza estaba llena de sueños, jamás creí en mi alma de niña, que la vida de adultos era otra vida que nada tenía que ver con mi vida…
Aquella vida de mi niñez tenía los colores de las arropías blancas, azulinas y rojas, los colores de mis sueños, el olor a alhucema y el sabor a caramelos…
Lejos quedaron esos años y también muy lejos aquellos recuerdos, ahora ya, quedan pocos sueños y recordar, no quiero.
AMADA MÚSICA Y AMADOS TIEMPOS..
Desde pequeña amaba la música y disfrutaba cantando, bailando, guerreando con mis primos con una espada de madera que pedí a los reyes de oriente y que me hizo un carpintero con mucho esmero, me los cargaba a todos.. ! ! salían corriendo cuando gritaba e iba en pos de ellos…!el grito de guerra se convertía en risotadas y mucha anedralina con la cara roja como la «graná» corría tras unos y otros, otras veces quería ser la princesa de los indios, pero eso duraba poco, me aburría como una ostra, luego llegaron las funciones de teatros y los «tablaos» hechos con maderas viejas, no sé cómo, no nos matábamos…! ! Funciones de cantes a pesetas…! Los otoños e inviernos, cada vez que me iba a aquel cortijo de olivares donde nací y que era de mis padres, todo era maravilloso, deseaba que llegase la noche para saltar sobre la gran hoguera de retamas mientras trabajadores y cuidadoras cantaban en la gran era con enormes pajares y la casa de máquinas y la gran cancela verde abierta en aquellas noches mágicas donde había también naves y un gran cerrado para los caballos…! el frío se pegaba a nuestras pieles y las luces de los cielos brillaban alegres mientras nos bendecían a niños y mayores…!


