Un paseo de ensueño…
Me levanté, madre, esta mañana muy cansada, y recordé que estuve toda la noche paseando entre las praderas y montañas.
Sé que estuve por el universo y visité los soles de otros planetas y sus luces de colores en sus cielos de estrellas…
Vi en esos sueños brujas y princesas, caballeros medievales, hadas y también cometas.
Vi seres de luz que jugaban con los niños de la tierra y en el horizonte eterno, vi pájaros de plata dejando estelas rosadas y vi caer la lluvia de finas aguas que saltaba de verso en verso sobre artistas y poetas…
También vi pasar tres curas y tres presos que discutían acalorados por un balón de oro que perseguían sin poder alcanzar aquella bola de fuego tibio…
Seguí mi camino feliz y satisfecha…
i como los viajeros del tiempo me saludaban contentos desde sus rápidas luces que surcaban los planetas…
Vi valientes guerreros con cruces rojas en sus pechos, conquistando enormes pirámides doradas como los valores olvidados en la tierra…! eran hombres honestos, buenos y atentos a las miradas ajenas…
Apolo viajaba con su corte sobre la cola de un cometa y saludaba altivo a las galaxias, a la diosa Venus y a las luces eternas…
Me acerqué a las estrellas que celebraban una boda y comprobé sorprendida, entre luces , confetis y abrazos que era mi boda…! – ¿Con quién me caso, madre?– ! Con el intelecto que te ama…!
Tanto fue el júbilo de aquel sueño, que me hizo bailar hasta caer reventada, tenía frío y un manto de suave lana cubrió mis espaldas, por lo tanto hoy, estoy muy cansada madre, porque estuve en mi boda con el intelecto bien pasada la madrugada…
